Saturday, April 11, 2020


Revisión del libro “Extraterrestres – del Mito a la Ciencia”.


Esta revisión la escribí durante el año 2009, pero no la había publicado en el blog por alguna razón que no recuerdo bien. El libro se divide en dos partes, en palabras del editor (Ricardo Campo), una parte mítica, y una segunda parte, científica.

El libro es básicamente un conjunto de artículos de varios autores, compilado por la Fundación Anomalía (primera edición 2008), una asociación española que se dedica principalmente al estudio de los mitos generados en torno a los hechos paranormales, ufológicos y relativos a avances científicos. A mi modo de ver las cosas, la Fundación Anomalía se siente orgullosa (Nota: se sentía, pues dejó de existir en 2010) de realizar un estudio serio y riguroso de los temas que le competen, y este libro, en lo global, cumple con confirmar esa idea, a pesar de que en lo personal uno podría varias veces no estar de acuerdo con lo escrito.

Análisis de la primera parte: "Los extraterrestres entre nosotros: un mito de la era espacial"

En la “parte mítica” los capítulos están a cargo de varios investigadores asociados a la ufología, pero que, dado el carácter del libro, quizá deberían llamarse “mitólogos”, más que ufólogos.

El editor del libro, el filósofo Ricardo Campo, en la introducción nos asegura que se cubre el mito independientemente de si los relatos que dan origen al mito son reales o ficticios. Sin embargo, luego de leer cada capitulo, queda bastante claro que la idea general de esta asociación de estudiosos es que el asunto de los OVNIs es un mito que se auto-alimenta y que muy probablemente no hay absolutamente nada verdaderamente extraterrestre escondido detrás del mismo. Es decir, el libro anuncia que se analizarán solamente las mitologías ufológicas, sin preocuparse de si tales mitologías tienen algún sustento real, pero sin embargo, en donde pueden, los autores les dan pequeños puntapiés en las canillas a los lectores que podrían abrigar la idea de que algunos ovnis pudieran ser extraterrestres (siendo yo uno de esos lectores).

El primer capítulo es escrito por el español Ignacio Cabria y corresponde básicamente a una revisión global de la ufología, en donde se realiza un barrido cronológico de la historia de la ufología y de los mitos asociados, repasando a su vez, las hipótesis que se han creado acerca el origen de los OVNI, y finalizando el capítulo cargándose hacia el lado de las hipótesis escépticas. Como crítica se podría decir que no se cubren en extenso todos los temas que uno quisiera. (En realidad, es bastante poco realista de mi parte exigir que un capítulo de 15 o 20 páginas cubra cronológicamente toda la ufología). Otra crítica es la escasa oportunidad que se le da al fenómeno OVNI de ser digno de estudiarse. Por ejemplo, consideremos las conclusiones tempranas del proyecto SIGN de 1948. Según Cabria, los militares de SIGN “fantasearon” también con la Hipótesis Extraterrestre, y que la conclusión de ellos fue “naturalmente” rechazada por el militar a cargo del proyecto. No aclara Cabria por qué razón habría de rechazarse “naturalmente” tal hipótesis, ni por que cree que los hombres de SIGN “fantasearon”. Tampoco aclara Cabria que el proyecto SIGN era secreto en ese momento, y que por lo tanto las conclusiones del mismo tampoco fueron conocidas públicamente sino hasta varios años después, y que, por simple lógica, no contribuyeron a generar el mito, de hecho, fueron conclusiones obtenidas cuando el mito ni siquiera existía. Esto podría significar que independientemente del mito, hubo entidades que llegaron a la conclusión extraterrestre por su propia cuenta. Cabria no menciona esto, y en cambio prefiere utilizar las palabras “fantasearon” y “naturalmente”, las cuales están a mi juicio enfocadas a que un lector que potencialmente pudiera estar interesado seriamente en la respuesta militar ante los OVNI, pierda todo su interés.

Otro capítulo importante e interesante de esta parte del libro es el escrito por el español Manuel Borraz, el cual analiza los estudios científicos relacionados con la ufología, indicando además las opiniones personales de cada científico que ha estado involucrado en el tema. Creo que en Manuel Borraz existe una cierta tendencia a criticar las partes negativas de los proyectos que parecen apuntar a la realidad del fenómeno OVNI, o bien a no criticar y/o realzar a aquellos proyectos científicos que apuntaban a negar la existencia de los OVNI. Por ejemplo, son escasas las criticas al informe Condon, probablemente el estudio científico mas conocido, y que tuvo una conclusión general negativa acerca de la existencia del fenómeno OVNI. A mi juicio, a Borraz le faltó agregar un estudio científico importante, se trata del Reporte Especial 14 del proyecto “Blue Book”. Estamos hablando de un estudio científico de importante envergadura (más de 3000 reportes OVNI analizados) que fue encargado por los militares norteamericanos al Battelle Memorial Institute. Este estudio es un paraíso para un científico, pues contiene un gran número de gráficos, tablas, categorizaciones, correlaciones estadísticas, etc. Además, se trata de un estudio serio, cuyos investigadores seguían pautas bastante rigurosas para evaluar cada caso. El Reporte Especial 14 concluyó que un 21.5% de los reportes analizados correspondían a objetos “desconocidos”, siendo la categoría de “desconocidos”, una categoría absolutamente independiente de la categoría de los reportes con “información insuficiente”.

A pesar de la anterior crítica, el capitulo de Borraz entrega visiones muy interesantes sobre los estudios de los OVNIs del valle de Hessdalen, los estudios científicos de Pocantico, opiniones sobre el mítico “rayo en bola”, y un análisis de un reciente paper científico aparecido en la Journal of the British Interplanetary Society (JBIS), llamado “Inflation-Theory Implications for Extraterrestrial Visitation” de los autores James Deardorff, Bernard Haisch, Bruce Maccabee, y Harold Puthoff.

En el paper de la JBIS, Borraz cree identificar un razonamiento circular de los autores. Según Borraz, los autores del paper estarían poco menos que diciendo que ellos sospechan que los extraterrestres están aquí nada menos que porque no hay pruebas fehacientes de que ellos están aquí! Un razonamiento circular flagrante. Sin embargo, una vez revisado el paper, la realidad es otra. En primer lugar, a lo largo de todo el paper se exponen un montón de ideas, las cuales sumadas darían pie a creer que las visitas extraterrestres son algo probable. En segundo lugar, el paper concluye solicitando que se estudien más atentamente algunos casos OVNI enigmáticos. En ningún caso el paper concluye diciendo que los extraterrestres seguramente nos visitan, de tal manera que el razonamiento circular que acusa Borraz simplemente no existe. La petición de los científicos mencionados es que el tema OVNI sea reconsiderado, pues según ellos existen casos que merecen ser estudiados.

Finaliza Borraz su capítulo con un análisis muy interesante. Argumenta que, si bien se sabe que algunos ovnis dejan huellas, y que algunos se dejan ver por varios testigos, y que algunos se observan durante horas, y que algunos aparecen en fotografías y en radares, y que algunos vuelven al lugar en que estuvieron, jamás, en 60 años de investigaciones, se han dado las condiciones y circunstancias en que pueda demostrarse fehaciente y en forma incontrarrestable que los OVNIs existen. De acuerdo a Borraz, bajo esas condiciones, hay dos posibilidades, una es que los OVNIs no existan, y la otra es que sean causados por una inteligencia superior empeñada en que jamás encontremos pruebas irrefutables de su existencia. Según Borraz, en caso de ser la segunda opción, la ciencia no tendría nada que hacer con la ufología, pues estaría luchando con un fenómeno que es inalcanzable por su propia esencia. Esta idea de Borraz, es interesante, pero es discutible, pues si bien es razonable pensar en la posibilidad de que tales seres inteligentes estarían empeñados en que no tengamos pruebas irrefutables de su existencia, tampoco es lícito de suponer que son seres perfectos o divinos que no pueden cometer errores, o que nuestra capacidad de inteligencia no vaya a ser capaz, algún día, de traspasar un cierto un umbral en que podamos pillarlos con la guardia baja.

Otro capitulo bastante interesante es el del español Luis R. Gonzalez, quien nos entrega un resumen de todas las tipologías y formas de supuestos visitantes que vendrían dentro de los OVNI. González cita a una buena cantidad de investigadores, cada uno de los cuales ha intentado realizar una ordenación taxonómica de los seres. Siempre con una visión escéptica, González recalca las conclusiones de un investigador (Eric Zurcher), en las que éste concluye que los casos de encuentros cercanos con seres extraños se dividen en casos negativos (es decir fraudes demostrados o casos alucinatorios demostrados) y casos positivos, en los cuales no se pudo detectar ningún patrón de fraude o alucinación. Según Zurcher, no habría diferencias apreciables entre los casos positivos y negativos. (Lo cual podría dar pie a creer que, en realidad, todos los casos son la misma cosa, es decir, negativos). Con respecto a las abducciones, González crítica algunos análisis del conocido estudioso norteamericano Thomas Bullard.

González discute asimismo la descripción de la forma humanoide que predomina mayoritariamente en los seres avistados. Menciona González dos corrientes de pensamiento al respecto, la primera: los que desechan la posibilidad de que los visitantes tengan una forma humanoide, basándose en la enorme diversidad de posibilidades de morfologías que brindaría la evolución, y la segunda: los que sostienen que la forma humanoide es una característica esperable dado el requerimiento de simetría bilateral, y de miembros (manos) capaces de manipular utensilios en forma independiente de los miembros locomotores (patas). Este tipo de análisis de orden científico constituyen un aporte, y podrían ser útiles para consideraciones astrobiológicas.

Asimismo, González nos habla de las variadas estaturas de los seres avistados. En el mismo espíritu del análisis científico de la forma humanoide, le faltó a Gonzalez realizar un pequeño análisis del tamaño esperable de los seres, científicamente hablando. Intentar responder por ejemplo las siguientes preguntas científicas, ¿Cuál es el mínimo tamaño posible de seres humanoides inteligentes? ¿Cual es el máximo tamaño esperable en los seres inteligentes? ¿Son (de alguna manera) consistentes las estimaciones científicas con lo reportado por testigos? De acuerdo a lo que yo he leído en mi vida, no podrían existir seres inteligentes-humanoides de por ejemplo 10 metros de altura, ni tampoco seres humanoides-inteligentes del tamaño de un ratón. Al parecer los testigos de avistamientos de seres se ajustan (sin saberlo) bastante bien a esta regla de que no pueden existir seres inteligentes demasiado grandes o excesivamente pequeños.

En otro de los capítulos, el autor Luis Alfonso Gamez se da un paseo por la historia de los ufólogos españoles, indicando los defectos y virtudes de cada uno, nunca olvidando que Gamez es un escéptico recalcitrante y enunciando algunas frases tan cargadas al escepticismo que bordean la ridiculez. Por ejemplo, en el primer párrafo de su capítulo afirma Gamez que los ufólogos más crédulos y despreciables dicen que los gobernantes de medio mundo ocultan secretos que solo “Fox Mulder podría intuir”. ¿Acaso no se le ocurrió a Gamez alguna frase que plasmase en forma más rigurosa, menos ambigua, y menos estúpida también, la idea que quiso transmitir? 

De todas formas, en su ir y devenir de arremetidas escépticas, Gamez aparece con dos ideas interesantes. Una de ellas es una cita del investigador valenciano Vicente-Juan Ballester, en la cual este último es citado textualmente diciendo básicamente que el conjunto de casos OVNI auténticos es indistinguible del conjunto de OVNIs cuya explicación ha resultado ser prosaica, indicando de esta manera que la explicación de ambos casos podría ser la misma. Una vez más se menciona en este libro la in-distinguibilidad de casos positivos versus casos negativos. (Es una idea interesante para ser contrastada a futuro por otros investigadores).

En la otra idea, menciona Gamez un estudio estadístico-matemático de 400 casos OVNI, realizado por los españoles Felix Ares y David Lopez, de la oleada de 1968/1969. Este estudio, les habría llevado a creer que prácticamente todos los OVNI eran causados por factores meramente psicológicos y sociales.

El resto de los autores que participan en la primera parte del libro, es decir el chileno Diego Zuñiga, y los españoles Matías Morey y Ricardo Campo se dedican de plano al estudio sociológico, alejándose de la ufología para acercarse de lleno al mito como fenómeno social. Zuñiga habla de la creación y gestación del mito del Chupacabras en Chile. Queda bastante claro que el fenómeno del chupacabras tiene un gran porcentaje de mito, y nada, o casi nada de realidad. Por su parte, Matías Morey recorre toda la historia de las películas y parafernalia cinematográfica relativa a los platillos volantes. Ricardo Campo, con su increíble escepticismo militante, nos entrega su especial visión de las conspiraciones en torno a la ufología.

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