Wednesday, July 05, 2006

Revisión de libro: "El Escándalo del OVNI"
Autor: Ray Stanford
Editorial Pomaire (1978) (en idioma español)


En su libro, Ray Stanford nos relata uno de los casos más enigmáticos y clásicos de la historia de la ufología norteamericana: El Caso del Aterrizaje del OVNI en Socorro, evento ocurrido en Nuevo México, EEUU el 24 de abril del año 1964.

La historia es como sigue:

Lonnie Zamora, el principal testigo del aterrizaje, era un policía que perseguía a un automóvil que viajaba a exceso de velocidad. De pronto avistó un extraño objeto metálico blanco con forma ovalada acompañado de un ruido estremecedor y una llama azul brillante. Zamora decidió investigar de qué se trataba el asunto y se salió del camino asfaltado para meterse en el terreno provisto de lomas del lugar, siguiendo como pudo al objeto. El aparato, volando a baja altura, desapareció momentáneamente tras una loma, pero el policía siguió con su intención de averiguar de qué se trataba. Cuando el objeto volvió a ser visible desde el automóvil en marcha de Zamora, se encontraba detenido y posado sobre el suelo. Zamora vio desde su auto lo que describió como dos humanoides de pequeño tamaño vestidos con un traje blanco de una pieza. El policía dedujo que eran pequeños por que se encontraban parados a un lado de un arbusto que media 1.57 metros (éste se midió posteriormente), y recordaba que eran más pequeños que el arbusto. El policía recordaba que uno de los pequeños individuos se dio cuenta de que se acercaba el automóvil y dio muestras de sorpresa.

Figura 1: El agente de policia Lonnie Zamora. Socorro, Nuevo Mexico 1964.

Zamora acercó su auto a unos veinticinco metros del objeto. En el acercamiento perdió de vista a los individuos. Al bajarse de su automóvil, escuchó dos fuertes portazos y la nave comenzó a expeler una llama por su parte inferior junto con un ruido atronador que asustó tanto a Zamora que este se lanzó al suelo pues pensó que iba a explotar. Luego se levantó y corrió hacia su auto, chocó con él, perdió sus lentes y decidió seguir huyendo. De pronto el ruido cesó, y el objeto comenzó a alejarse por los aires. En aquel momento el agente de policía Samuel Chavez buscaba el lugar del suceso en su automóvil ya que Zamora le había comunicado por radio que viniera al sitio del aterrizaje.

Como testigos están los policías que vieron las marcas dejadas en suelo por los 4 brazos que formaban el tren de aterrizaje del OVNI, tal como fue descrito por el testigo Zamora. Las evidencias incluyen las 4 hendiduras en el piso (que fueron fotografiadas), y a los policías que llegaron al lugar justo después de la partida del objeto, y que pudieron ver algunos arbustos ardiendo por un lapso de unos minutos. Posteriormente, se encontraron papeles y piedras que habían sido chamuscados y/o calcinados por lo que parecía ser una llama que salía de la nave por debajo, pero que según la descripción de Zamora, era una llama que no se desviaba al chocar con el suelo, sino que parecía entrar hacia el suelo como si este no existiera materialmente. También se encontraron pisadas de los pequeños seres a un lado de la nave, justo en el sector que Zamora recordaba haberlos visto.

Stanford es el investigador protagonista de su propio libro, pues comenzó su investigación la noche del 28 de abril entrevistando al propio Zamora y a otros policías involucrados. Stanford logra contabilizar un total de 12 testigos del objeto volador.

Existen dos testigos (Figura 2) que vieron el objeto aterrizar a lo lejos, además están las 5 personas de una familia de la que el padre de familia y conductor del automóvil, afirmó que el objeto ovalado pasó tan cerca de su automovil, que casi le arranca el techo. Inclusive hay testigos auriculares, es decir que escucharon el fuerte ruido del aparato a la hora que este ocurrió.

Figura 2: Paul Kies y Larry Kratzer, afirmaron haber visto el objeto desde lejos cuando este aterrizaba, tambien vieron la llama que se formaba bajo el objeto.

Todo el pueblo de Socorro concordaba en el hecho de que Zamora era un policía muy respetable y serio, y todos sus compañeros coincidían en que era inconcebible que pudiera haber estado haciendo un fraude. La hipótesis del fraude fue descartada por el pueblo de Socorro, por el equipo policial de Socorro y por el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea, que declaró el caso como un auténtico desconocido.

Es también interesante encontrar en este libro la presencia escénica del astrónomo y muy celebre ufólogo Dr. Joseph Allen Hynek, quien trabajaba en aquel entonces para el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea estadounidense. Este libro, al igual que muchos otros, muestra la faceta obediente (para con sus jefes de la Fuerza Aerea) del astrónomo, quien en un momento afirma que se encuentra realizando la investigación del caso por su propia voluntad y no bajo el mandato de la Fuerza Aérea. Posteriormente se revela que la afirmación no era cierta. La parte más obediente de Hynek, y quizá la más humillante del libro, es el momento en que Hynek afirma, durante una conferencia de prensa que Zamora no dijo haber visto ningún humanoide pequeño. Ante esto Stanford le replica a Hynek que Zamora incluso dijo haber visto que los seres vestían un traje de una sola pieza: “un mono”. Hynek, acorralado por la contradicción, responde en forma bastante incoherente. Stanford decide no seguir con la embarazosa situación. A esas alturas estaba más que claro que Zamora había afirmado y descrito el avistamiento de los seres. Es claro además el hecho de que la Fuerza Áerea estaba siempre obligando a su personal, incluyendo al Dr. Hynek, a restarle peso a los casos ufológicos demasiado enigmáticos.

Otro punto sumamente interesante del libro es el hallazgo por parte del mismo Zamora, de que una de las hendiduras causadas por una de las patas aparentemente metálicas del tren de aterrizaje mostraba señales de haber sido quebrada durante el proceso de aterrizaje. Es interesante señalar que tanto Hynek como Stanford estaban presentes en el momento de este descubrimiento. Hynek concordó con el hecho de que la roca parecía haber sido rota por el tren de aterrizaje, pero por su mente no pasó lo mismo que por la mente de Stanford, y es que la roca rota podría contener restos metálicos del tren de aterrizaje. El buen Stanford decide callar por el momento y volver a buscar el trozo de roca en un instante posterior y en forma furtiva.

Los resultados son sorprendentes: Stanford localiza pequeños trozos de metal en la roca recuperada. En aquel momento decide buscar ayuda en el ufólogo Richard Hall de la organización ufológica NICAP. Ambos deciden confiar en Henry Frankel, reputado investigador del centro Goddard de la NASA, quien se compromete ayudarlos a analizar los pequeños restos en los laboratorios de NASA. La primera desilusión de Stanford ocurre cuando éste pide que sean extraídos de la roca solamente la mitad de las virutas metálicas existentes, sin embargo, los funcionarios le desobedecen, y despojan completamente la roca de restos metálicos. La semana que siguió las cosas parecieron mejorar pues un entusiasmado Frankel le comunica telefónicamente a Stanford que los restos efectivamente son metálicos y corresponden una aleación de Zinc y Hierro, entre otros elementos que aun no estaban identificados. Esa fue la ultima vez que Stanford pudo hablar con Frankel, pues luego de intentar volver a comunicarse durante varias semanas, y despues de recibir un sinnúmero de negativas por parte de la secretaria de Frankel, Stanford recibe la llamada de un funcionario quien le dice que todo ha sido una equivocación, que los elementos encontrados corresponden nada mas que a Sílice, es decir, arena. Posteriormente, varios científicos y químicos le dicen a Stanford que es absolutamente imposible que haya existido tal equivocación. Simplemente no existe ninguna forma en que algún investigador pueda confundir un elemento metálico con un elemento cerámico del tipo sílice. Claramente Stanford fue timado por los funcionarios de la NASA, o por sus jefes, quienes probablemente aún guardan los verdaderos resultados de los análisis de aquellas muestran metálicas.

El libro incluye muchos tópicos adicionales, tales como:

1) La discusión acerca del símbolo de color rojo que Zamora describió haber visto en el objeto volador,

2) Dialogos interesantes entre Hynek algunos agentes de policía, del FBI, del ejercito, Ray Stanford

3) Descripción del proyecto Star-Light para detección de OVNIS con instrumentos, proyecto liderado por Stanford.

4) Recuento de otros casos muy similares al caso Socorro, incluyendo seres pequeños y aterrizajes o casi-aterrizajes. Algunos de estos casos se remontan a la gran oleada francesa de 1954.

Sin duda, el aporte ufológico de Ray Stanford con este libro es muy importante y de amena lectura. Me siento agradecido.

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